Wednesday, 28 January 2015

Cancer: Alimentos que pueden controlar la angiogénesis.














The Angiogenesis Foundation
Angiogenesis: How We Can Starve Cancer with Food



Dr. William Li, Presidente y Director Médico de The Angiogenesis Foundation, explica un revolucionario modo de enfocar los tratamientos contra muchas de las enfermedades que aquejan al ser humano, e
specialmente el cáncer y el crecimiento de tumores en general.

"Para muchas personas en todo el mundo la prevención del cáncer a través de la dieta puede ser la única solución práctica porque no todos pueden permitirse costosos tratamientos de cáncer terminal, pero todo el mundo podría beneficiarse de una dieta sana, basada en cultivos locales, sostenibles y antiangiogénicos". 


Controlar la Angiogénesis es la clave para combatir las enfermedades?

Podemos comer para que el cáncer muera de hambre?


"Más allá de lo que el médico puede hacer por nosotros, tenemos que empezar a preguntarnos que podemos hacer por nosotros mismos. Tenemos el poder para hacer las cosas que los médicos no pueden hacer por nosotros, y que consisten en utilizar el conocimiento y tomar medidas a tiempo. Y si la madre naturaleza nos ha dado algunas pistas pensamos que podría haber un nuevo futuro en el valor nutricional de lo que comemos. Y lo que comemos es realmente nuestra quimioterapia tres veces al día."


Hay una revolución médica a nuestro alrededor que nos va a ayudar a controlar algunas de las enfermedades más temidas, incluso el cáncer, esta revolución se llama angiogénesis y se basa en el proceso que usa nuestro cuerpo para desarrollar vasos sanguíneos.

¿Por qué debemos preocuparnos por los vasos sanguíneos?


Tenemos 19 mil millones de ellos en nuestro cuerpo y son los vasos de la vida, pero también pueden ser los vasos de la muerte.

Lo notable de los vasos sanguíneos es que tienen la capacidad de adaptarse al entorno en que crecen. Por ejemplo, en el hígado forman canales para desintoxicar la sangre, en el pulmón recubren sacos de aire para el intercambio de gases. 
En los músculos, se arremolinan para que los músculos puedan contraerse sin cortar la circulación.

El cuerpo humano está literalmente repleto de ellos. Son 96,000 km en un adulto típico. De punta a punta, eso formaría una línea que puede dar la vuelta al mundo dos veces. 
Los vasos sanguíneos más pequeños son llamados capilares.
En los nervios, avanzan como cables de alta tensión manteniendo vivos a esos nervios.
La mayor parte de esos vasos sanguíneos se forman cuando aun estamos dentro del útero.

Eso significa que en los adultos, por lo general, los vasos sanguíneos no crecen, salvo en algunas circunstancias particulares.


En las mujeres los vasos sanguíneos crecen mensualmente para construir el revestimiento del útero. Durante el embarazo forman la placenta que conecta a la mamá con el bebé.
Luego de una lesión, los vasos sanguíneos tienen que crecer bajo la cicatriz para poder curar la herida.Cientos de vasos sanguíneos crecen todos hacia el centro de la herida de modo que el cuerpo pueda regular la cantidad de vasos sanguíneos presentes en ese momento.
Esto se logra mediante un elaborado y elegante sistema de validaciones y contrapesos, estimuladores e inhibidores de la angiogénesis. De forma tal que cuando necesitamos una breve ráfaga de vasos sanguíneos, el cuerpo pueda hacerlo liberando estimuladores, proteínas llamadas “factores angiogénicos” que actúan como fertilizantes naturales y estimulan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos.

Cuando los vasos sanguíneos ya no son necesarios, el cuerpo los poda hasta la línea de base mediante inhibidores naturales de angiogénesis.

Pero tambien hay otras situaciones en que empezamos por debajo de la línea de base y se necesitan mas vasos sanguíneos para volver a los niveles normales. Por ejemplo, cuando tenemos una herida.

Lo que ahora sabemos es que en varias enfermedades hay defectos en el sistema que no permiten que el cuerpo pueda podar los vasos excedentes o generar suficientes vasos sanguíneos en el lugar correcto en el momento adecuado.
Y es en estas situaciones que la angiogénesis se desequilibra y el resultado es una miríada de enfermedades.

Por ejemplo en la angiogénesis deficiente no hay suficientes vasos sanguíneos y eso conduce a heridas que no sanan, ataques cardiacos, piernas sin circulación, muerte por derrame cerebral, daño neurológico etc.

En el otro extremo, excesiva angiogénesis, demasiados vasos sanguíneos conducen a enfermedades. Vemos esto en el cáncer, ceguera, artritis, obesidad, mal de Alzheimer.


En total hay más de 70 enfermedades graves que afectan a más de mil millones de personas en el mundo, que aparentan en la superficie ser diferentes unas de otras pero que todas en realidad comparten la angiogénesis anormal como común denominador.

Nos damos cuenta de que ésto nos está permitiendo volver a conceptualizar la manera de abordar estas enfermedades mediante el control de la angiogénesis.

Podemos ver que en el cáncer, la angiogénesis es un distintivo de todos los tipos de cáncer.
De hecho, probablemente formemos este tipo de cáncer microscópico todo el tiempo en nuestro cuerpo.
Esa capacidad resulta ser uno de nuestros mecanismos de defensa más importantes contra el cáncer. 
De hecho, si uno realmente bloquea la angiogénesis y evita que los vasos sanguíneos lleguen a las células cancerígenas, los tumores sencillamente no pueden crecer.

Y son los mismos vasos sanguíneos que alimentan tumores los que permiten salir a las células cancerígenas a la circulación como metástasis y por desgracia esta última etapa del cáncer es aquella en la cual es más probable que una persona sea diagnosticada: cuando la angiogénesis ya está activada y las células cancerosas crecen como maleza.

La terapia angiogénica  es totalmente diferente de la quimioterapia porque apunta selectivamente a los vasos sanguíneos que alimentan el cáncer.


Podemos hacer esto porque los vasos sanguíneos del tumor son, a diferencia de los vasos normales y saludables que vemos en otras partes del cuerpo, vasos sanguíneos anormales, están muy mal construidos y por eso son muy vulnerables a los tratamientos que los atacan.

En efecto, cuando se le da a pacientes con cáncer una terapia antiangiogénica, que es una terapia experimental para el glioma que es un tipo de tumor cerebral, puede verse que se producen cambios dramáticos cuando se corta la alimentación del tumor.


Si una mujer con cáncer de mama es tratada con el fármaco antiangiogénico llamado Avastin, aprobado por la FDA, se puede ver que el halo del flujo sanguíneo desaparece luego del tratamiento. Estos son dos tipos de cáncer muy diferentes que responden ambos a la terapia angiogénica.

Así que empecé a preguntarme ¿ por qué no hemos sido capaces de hacerlo mejor? la respuesta es obvia.

"Comenzamos a tratar la enfermedad cuando el juego ya está establecido o ha hecho metástasis" 


Y como médico,  sé que una vez que la enfermedad progresa a una fase avanzada, lograr una cura puede ser difícil, sino imposible. Así que volví a la biología de la angiogénesis y comencé a pensar ¿podría ser la respuesta al cáncer evitar la angiogénesis ganándole al cáncer su propio juego de modo que nunca pueda llegar a ser peligroso?
Así que buscando una manera de prevenir la angiogénesis en el cáncer volví a mirar las causas del cáncer y lo que realmente me intrigó fue cuando vi que la dieta representa del 30% al 35% de los canceres producidos por el entorno.

La búsqueda de unandieta sana nos lleva al mercado, a la granja, a las especias, porque lo que hemos descubierto es que la madre naturaleza nos ha dado un gran número de alimentos, bebidas y hierbas con inhibidores naturales de la angiogénesis.


Lo mismo pasa cuando añadimos un extracto de frutilla, se inhibe de forma potente la angiogénesis.
Entonces, mientras uno come una frutilla o toma un té ¿Por qué no elegir lo que sea más potente para prevenir el cáncer?

El mejor ejemplo como referencia es un estudio de 70 mil hombres, seguido durante 20 años que muestra que los hombres que consumen tomates cocidos dos o tres veces por semana tenían una reducción de hasta un 50% en el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Sabemos que los tomates son una fuente de licopeno y el licopeno es antiangiogénico.

Actualmente se está estudiando el rol de una dieta saludable con Dean Ornish UCSF y la Universidad de Tufts sobre el papel de esta dieta saludable en los marcadores de angiogénesis que podemos encontrar en el torrente sanguíneo.

Lo más importante que se ha concluido tiene algunas implicaciones de largo alcance, incluso más allá de las investigaciones del cáncer, porque si estamos en lo cierto, podría impactar en la educación de los consumidores, los servicios de alimentación, la salud pública e incluso la industria de seguros. De hecho algunas compañías de seguros ya están empezando a pesar en este sentido.


Finalmente, si hablamos de los alimentos y del cáncer deberíamos entonces hablar de la obesidad, porque resulta que el tejido adiposo o la grasa es altamente dependiente de la angiogénesis.


Del mismo modo que lo hace un tumor, la grasa crece cuando los vasos sanguíneos crecen. Así que la pregunta es ¿podemos reducir la grasa cortando el suministro de sangre?
Con este enfoque definimos que la prevención del cáncer también puede tener aplicación para la obesidad. Y esto habla del papel de la angiogénesis en la regulación de los puntos de control sanos.



En un tumor, que es una masa oscura, gris, ominosa que crece dentro del cerebro puede verse bajo el microscopio cientos de esos vasos sanguíneos como manchas marrones, capilares que alimentan las células del cáncer, llevándoles oxígeno y nutrientes.


Pero el cáncer no empieza así y de echo el cáncer no empieza con suministro de sangre, comienza como nidos microscópicos de células que pueden crecer solo hasta medio milímetro cubico. Eso equivale a la punta de un bolígrafo. No pueden crecer más de eso porque no tienen suministro de sangre, así que no tienen oxigeno o nutrientes.



Las autopsias de gente que muere en accidentes de tránsito han demostrado que el 40% de las mujeres comprendidas entre 40 y 50 años tienen canceres microscópicos en las mamas.


Cerca del 50% de hombres entre 50 y 60 años tienen cáncer de próstata microscópico y prácticamente el 100% de nosotros cuando lleguemos a los 70 años tendremos canceres microscópicos en la tiroides. Sin embargo, sin suministro de sangre la mayoría de estos canceres nunca serán peligrosos. El Dr. Judah Folkman, que fue pionero del campo de la angiogénesis, una vez lo llamó “cáncer sin enfermedad”.


La capacidad natural del cuerpo para balancear angiogénesis, cuando funciona correctamente, es evitar que los vasos sanguíneos alimenten el cáncer.


Pero una vez que ocurre la angiogénesis el cáncer crece exponencialmente y de ese modo el cáncer pasa de ser inocuo a mortal. Las células del cáncer mutan y adquieren la capacidad de liberar muchos de esos factores angiogénicos, abonos naturales que inclinan la balanza a favor de los vasos sanguíneos que alimentan el cáncer. Y una vez que esos vasos sanguíneos refuerzan el cáncer, este puede expandirse, y extenderse en el tejido local.


Entonces, si la angiogénesis es un punto de inflexión entre un cáncer inocuo y uno dañino, entonces gran parte de la revolución de la angiogénesis es un nuevo enfoque en el tratamiento del cáncer, y funciona cortando el suministro de sangre.
A partir de 2004, cuando las terapias antiangiogénicas estuvieron disponibles por primera vez, ha habido de un 70% a un 100% de mejora en la supervivencia para pacientes con cáncer de riñón, mieloma múltiple, cáncer colorectal y tumores del estroma gastrointestinal.
Esto es impresionante, pero para otros tumores y tipos de cáncer, las mejoras han sido solo modestas.




Estamos tratando el cáncer demasiado tarde en el juego.


Esto podría ayudar a personas sanas así como a las que ya han vencido al cáncer una o dos veces y quieren encontrar una manera de evitar que regrese.
Lo lógico es pensar ¿Qué podría eliminar de la dieta, que se debe retirar, quitar? Pero en realidad hay un enfoque completamente opuesto y es ¿ que podríamos agregar a la dieta que sea naturalmente antiangiogénico? de que manera puede estimularse el sistema inmunológico y hacer retroceder a los vasos sanguíneos que están alimentando el cáncer?


En otras palabras ¿podemos comer para matar de hambre al cáncer?



Podemos ver el crecimiento de un cancer o tumor como un anillo en el cual cientos de vasos sanguíneos están creciendo en forma de estrella. Y podemos utilizar este sistema para poner a prueba los factores dietéticos en concentraciones que se obtienen al comer.


Por ejemplo, el ingrediente activo de la uva morada es el resveratrol. que también se encuentra en el vino tinto. Esto inhibe la angiogénesis anormal en un 60%.


Hay cuatro diferentes tipos de té que se han probado. Son todos comunes, jazmín chino, sencha japonés, Earl Grey y una mezcla especial que hemos preparado. Y se puede ver con toda claridad que cada tipo de té varia en su potencia, de menos potente a más potente. Pero lo que es muy bueno, es que cuando realmente combinamos los dos tipos de té menos potentes, la mezcla es más potente que uno solo. Esto significa que hay una sinergia de alimentos.


Hay algunos medicamentos comunes que se han asociado con el riesgo de contraer cáncer en las personas. 
Las estatinas, los fármacos antiinflamatorios no esteroides y algunos otros. Ellos también inhiben la angiogénesis. Se ha visto dietéticos comparados con esas drogas. 

Pueden ver claramente que en algunos casos los factores dietéticos son más potentes que los fármacos, como en caso del perejil, el ajo, las uvas, las bayas. Las personas pueden ir a casa y cocinar una comida sabrosa con esos ingredientes.


Se han mostrado muchos datos de laboratorio y la verdadera pregunta es ¿cuál es la evidencia, en las personas, de que el consumo de ciertos alimentos puede reducir la angiogénesis en el cáncer?

Pero lo que es aún más interesante en este estudio es que entre los hombres que si desarrollaron cáncer de próstata, los que comieron más porciones de salsa de tomate en realidad tenían menos vasos sanguíneos alimentando su cáncer. Así que este estudio en seres humanos es un buen ejemplo de cómo las sustancias antiangiogénicos presentes en los alimentos y consumidas en niveles prácticos pueden tener un impacto sobre el cáncer.
Para muchas personas en todo el mundo la prevención del cáncer a través de la dieta puede ser la única solución práctica porque no todos pueden permitirse costosos tratamientos de cáncer terminal, pero si, todo el mundo podría beneficiarse de una dieta sana, basada en cultivos locales, sostenibles y antiangiogénicos.


Albert Szent-Györgi dijo una vez que “El descubrimiento consiste en ver lo que todo el mundo ha visto y pensar en lo que nadie ha pensado”. Para prevenir o enfocar el cáncer, la obesidad y otras enfermedades puede haber una gran potencia en atacar su común denominador, la angiogénesis. Creo que esto es lo que el mundo necesita ahora.

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